3 de enero de 2008

Sonríe y comparte con un matiz que supera al tiempo. El espacio es vencido por la sensación de quiebre del aparato neurótico. La risa misma. Esa risa es punto de fuga de la neurosis, aunque puede que salga de la propia neurosis. Una risa que borre el tiempo. Donde languidezcan el antes y el después y esa risa se lleve en un instante la libertad póstuma de una vida con no más sentido que el de sonreír. Una sonrisa que esconde la más irrealizable “condición humana” o una risa de niños que juegan a jugar, más sabios que cualquiera dispuesto a arriesgar la vida en un tirar de dados. Cuando se esta protegido por las reglas de un juego el marco es más fácil, ya que éste, esta delimitado (contenido).