Una vida infinitamente estúpida, de proporciones únicamente cuantificables, osa atreverse a cuantificar las cualidades de la esperanza misma. La imbecibilidad: el elixir de los Dioses.

Q.

Quisiera una vida sin espinas, aunque, es probable que de eso se trate la vida. Quisiera una vida con sentidos, aunque, es probable que viviendo los vaya descartando. Quisiera una vida con solo sonrisas, aunque, es probable que llore más de una vez. Quisiera ver más allá de lo vidente, aunque, es probable que nunca pueda ver lo que tengo frente a mí. Quisiera ser revivido más que recordado. Quisiera ser extrañado más que un extraño. Quisiera ser Dios para poder vivir como mortal.